doi: 10.31391/ap.vi8.131
EDITORIAL
“¿Lo mismo o diferente?”1
El proceso electoral más grande que ha vivido México… llegó a su conclusión. Las especulaciones que giraban en torno a los posibles resultados de la contienda por la presidencia de la república, la gubernatura de Jalisco y los otros tantos miles de cargos de elección popular a lo largo y ancho del país… por fin se materializan, se definen. Más allá de la satisfacción o insatisfacción que pueda tenerse con dicha materialización, lo cierto es que “lo hecho, hecho está”; y ya es conciencia de cada quien el haber participado o no con su voto (o el haberse involucrado más allá del mero ejercicio del sufragio).
“El futuro es incierto”, dicen algunos; mientras que otros —¿más optimistas? ¿más filosóficos?— apuntan que “el presente y el pasado pueden dar una idea del porvenir”. Me inclino a creer ambas, si bien admito la dificultad que implica conocer a ciencia cierta y con precisión absoluta lo que depararán los tiempos.2 Y para ilustrar esto, pondré un ejemplo sencillo: imagine el lector o lectora que está por presionar el botón de encendido del control remoto de su televisor. Por experiencias pasadas y por el acto presente puede tender a pensar a priori que el televisor encenderá al apuntar con el control remoto hacia él y presionar el botón de encendido. Pero bien podría suceder que, por las razones que sean, no encienda. Así, contrario a lo que nuestra intuición y experiencia nos dictan, siempre cabe la posibilidad, aun ínfima, de que ocurra algo distinto de lo que estamos habituados a experimentar.
¿Y a qué viene a cuento lo anterior? De vuelta al asunto electoral, el hecho de que estemos viendo el retorno/permanencia de los mismos partidos para los cargos más altos a nivel local y nacional puede ser análogo al acto de presionar el botón del control remoto si se espera que, a raíz de la misma causa, se desencadene la misma consecuencia. Y no tendría por qué ser errático esperar eso: si Morena y Movimiento Ciudadano continúan en el poder, es natural pensar que habrá más de lo mismo que se vivió durante el sexenio anterior. Pero es en este punto que quisiera reiterar lo que dije un párrafo atrás: “siempre cabe la posibilidad, aun ínfima, de que ocurra algo distinto de lo que estamos habituados a experimentar”. Ciertamente, uniendo las dos ideas que enuncié casi al inicio, aun cuando el presente y el pasado pueden dar una idea del porvenir, este sigue siendo incierto.
Tal es la apertura —más en una orientación optimista que pesimista— que invito a todo lector o lectora frente al escenario político recién configurado. Lo que nos depare el futuro está por verse y puede ser distinto, más allá de lo que experiencias pasadas y el presente nos puedan enseñar.
Antonio Cham Fuentes
Editor
1 Esta reflexión es un complemento a mi carta editorial publicada en el sexto número de Análisis Plural, accesible a través del siguiente enlace: https://analisisplural.iteso.mx/
index.php/ap/article/view/104
2 Al margen de aquellos casos aislados de personas que se presumen “videntes”, cuyos vaticinios, no obstante y hasta donde se sabe, han sido escasa o nulamente confirmados a la luz de la ciencia, y cuyos métodos y análisis se encuentran aún lejos de ser comprobados por esta.