doi: 10.31391/mkc4bv97


PRESENTACIÓN



En su libro Caída libre. El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial, Stiglitz afirmó que “el 15 de septiembre de 2008, fecha de la quiebra de Lehman Brothers, puede ser para el fundamentalismo de mercado (…) lo que fue para el comunismo la caída del muro de Berlín” (2010, p. 264). No han pasado ni 20 años y sólo los especialistas recuerdan esa fecha, mientras que casi cualquier estudiante de bachillerato puede reconocer una imagen del derrumbe del muro de Berlín. El fracaso del socialismo real nos resulta más palmario que el del fundamentalismo de mercado, sin importar que éste provoque catástrofes climáticas todos los días.

Pero la esperanza es terca. “Su labor no ceja, está enamorada del triunfo, no del fracaso. Trabaja contra la angustia vital y contra el miedo, y contra quienes los causan, en su mayoría muy identificables. Está cruzada por sueños soñados despiertos, por sueños de una vida mejor que la anterior” (Bloch, 1977, p. 3). Y quienes escribimos en este número de Análisis Plural somos enamoradas y enamorados empedernidos. Llevamos muchos años ensayando alternativas y levantándonos de los tropiezos. Hemos venido a traer cinco panes y dos pescados.

Como bien recoge Antonio Cham Fuentes en la carta editorial, estamos en una crisis tal que hemos profundizado la ruptura entre el campo y la ciudad, y no reconocemos el origen de los alimentos que están en nuestra mesa, y mucho menos a quienes los producen. En su artículo “Sistema industrial agroalimentario, campesinado y el Plan México”, incluido en la sección Fórum, Manuel Antonio Espinosa–Sánchez cuestiona el sistema industrial agroalimentario y propone regresar la mirada al campo y a las y los campesinos. La amenaza de aranceles y la imperiosa necesidad de la autonomía alimentaria debería llevarnos a revisar y reformular las políticas del sector, y, por supuesto, nuestras actitudes de fondo. Por su parte, en “Más allá del ingreso: economía social solidaria y prácticas ancestrales para lograr una vida digna”, María de Martinis explora la sinergia de las prácticas ancestrales y la economía solidaria para generar mejores condiciones de vida en la búsqueda del buen vivir. Se apoya en un caso de estudio de cooperativas de comunidades indígenas en Chiapas.

La sección de Exploraciones reúne trabajos de diversa índole: tres artículos, una reseña, un fotorreportaje, una infografía y un dibujo.

En “Democratizar la economía: el potencial de la propiedad del capital compartido con los trabajadores”, Josefina Robles Uribe explora un modelo empresarial alternativo: compartir el capital con los trabajadores. A diferencia de otros trabajos que hacen un balance prácticamente ideológico de esta propuesta, la profesora Robles comenta los beneficios concretos de este modelo, ofrece recomendaciones para su instrumentación y nos acerca a la ventana de una empresa que ya lo ha implementado en México.

El trabajo con artesanas y artesanos ha llevado a Adriana Tiburcio Silver a presentarnos una “Breve revisión documental de economía social y el buen vivir en la formación de artesanos”. Esperamos que este aperitivo pueda provocar el apetito por conocer más de este tema.

Emilia C. Villalobos-Romero y Rodrigo Rodríguez–Guerrero escriben sobre las “Redes de producción y consumo. Alianzas de colaboración por otra economía”. Se enfocan en el maíz criollo como centro de nuestra cultura, no como mercancía. La promoción del maíz nativo procura la diversidad biológica y la salud, de ahí el llamado de los autores a revisar y modificar las políticas para favorecer la protección y promoción efectiva de la producción de dicho maíz y de los productores.

La cooperación y el sentido del trabajo protagonizan la reflexión de Rodrigo Torres–Mejorada al reseñar tres conferencias del artista y activista británico William Morris en “La estética como indicador social: reseña sobre tres conferencias de William Morris”. Los títulos mismos de estas conferencias son ya una provocación: “Cómo vivimos y cómo podríamos vivir”, “Trabajo útil o esfuerzo inútil” y “El arte bajo la plutocracia”.

Al final del número, tres trabajos nos convocan desde la mirada: “La clase campesina: fotorreportaje de un sujeto social invisibilizado”, también de Manuel Antonio Espinosa–Sánchez; una infografía sobre las “Cooperativas en México y el mundo. Una fotografía actual del cooperativismo”, de María Paula Rivas López; y el dibujo que está en la portada de nuestro número, “Solidaridad”, de Andrea Garibay García.

Esperamos que estos dardos den en el blanco y estimulen búsquedas y coincidencias para una economía más humana y sustentable.

David Foust Rodríguez

Coordinador del número

Bibliografía

Bloch, E. (1977). El principio esperanza. Madrid, España: Aguilar

Stiglitz, J. E. (2010). Caída libre. El libre mercado y el hundimiento de la economía mundial. México: Taurus.