Exploraciones

Relatos de entrevistas con personas en movilidad humana.
Historias desde las estrategias para transitar por México

Paula Sainz
iteso
rn721352@iteso.mx
orcid: 0000-0001-6060-9449

Trisia Almanzor
iteso
trisia.almanzor@iteso.mx
orcid: 0000-0002-5571-2502

Sainz, P & Almanzor, T. (2023). Relatos de entrevistas con personas en movilidad humana. Historias desde las estrategias para transitar por México. Análisis Plural, (1).

Resumen:

En el presente escrito se busca evidenciar, a partir del análisis de tres relatos de personas en movilidad por la Ruta Norte–Occidente de México, cómo las capacidades, los contextos y las condiciones internas y externas que atraviesan las personas migrantes influyen y definen su proyecto migratorio, así como sus recursos de resiliencia disponible, a partir de la complementación de las capacidades y vulnerabilidades identificadas en el estudio de González–Arias y Aikin (2015).

Abstract:

In this paper we seek to demonstrate, through the analysis of three reports of people in mobility along Mexico’s North–West Route, how migrants’ capacities, contexts, and internal and external conditions influence and define their migratory project as well as their available resilience resources, by building on the capacities and vulnerabilities identified in the study by González–Arias and Aikin (2015).

Palabras clave:

Migración, personas en movilidad, resiliencia, capacidades y vulnerabilidades.

Keywords:

Inmigration, people in mobility, resilience, capacities, and vulnerabilities.

Desde mediados del año 2020, a partir del proyecto de investigación “Movilidad humana por la Ruta Centro–Norte del Occidente de México: Vulnerabilidades, alternativas y políticas públicas”, cuyo objetivo es

describir y analizar las condiciones en que se da la movilidad humana de los grupos migratorios que convergen en la ruta del centro–norte del occidente de México, para construir alternativas que fortalezcan el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil y de políticas públicas que trabajen sobre procesos de atención e integración, desde un enfoque de derechos humanos y con perspectiva de género y etaria,

se ha entrevistado hasta el momento a alrededor de 160 personas en contexto de movilidad a lo largo de la mencionada ruta, sobre todo en los estados de Guanajuato, Jalisco, Nayarit, Sonora y Baja California Norte.

Dentro del referido trabajo de campo, basado en la etnografía multi–situada bajo la cual se ha regido la metodología del proyecto de investigación, se ha entrevistado a personas con diversos perfiles migratorios, entre los cuales destacan las personas en tránsito, retorno —ya sea voluntario o por deportación—, así como por personas solicitantes de protección internacional y personas desplazadas internamente dentro del mismo país.

Reconociendo la diversidad de experiencias que atraviesa cada individuo al transitar por México, aunado a los nuevos cambios y tendencias de los flujos migratorios, a través de un formato de relatos se busca recuperar no solamente la experiencia cuantitativa y sistemática de aquellos que viven en contexto de movilidad humana dentro de la Ruta Centro–Norte del Occidente del país, sino también recuperar sus vivencias, capacidades y estrategias de resiliencia, humanizando el trayecto que realizan diariamente cientos de personas en búsqueda de una mejor vida.

Este texto retoma, en primer lugar, la noción de “capacidades”, desarrollado por González–Arias y Aikin en 2015 en su investigación “Migración de tránsito por la ruta del occidente de México: actores, riesgos y perfiles de vulnerabilidad”, a partir de la cual se muestran las similitudes y evoluciones que las capacidades y estrategias de supervivencia y resiliencia siguen poniendo en práctica los migrantes que transitan por esa ruta desde 2015 hasta la fecha, a partir de la evidencia de los nuevos perfiles, vulnerabilidades y, sobre todo, vivencias de todas las personas en movilidad humana que transitan por la región centro–norte del occidente de México.

De esa manera se muestra que las movilidades humanas en México son cambiantes y provisionales, de la misma manera en que son flexibles y erráticas en función de las capacidades de las personas, de los contextos y las condiciones externas que atraviesan, así como del proyecto migratorio que se vive de manera individual y colectiva.

Desarrollo conceptual: las capacidades, los perfiles y los cambios

En 2015 González–Arias y Aikin analizaron las condiciones de vulnerabilidad que presentaban distintos grupos de migrantes en tránsito por la Ruta del Occidente de México. En esa investigación se demostró que la vulnerabilidad de los migrantes entrevistados estaba fuertemente permeada por factores como la nacionalidad, el género, la edad, la experiencia previa del viaje, las redes de apoyo y la condición socioeconómica, factores que en la actualidad siguen presentes en las vivencias de las personas en movilidad humana por nuestro país.

Las capacidades de respuesta son los activos disponibles (como el conjunto de recursos materiales e inmateriales sobre los que se posee control) y de los mecanismos de apoyo externo a los que se tiene acceso para enfrentar los riesgos potenciales o reales que experimenta una persona o grupo de personas (González–Arias y Aikin, 2015). De esa manera, y de acuerdo con las autoras, las capacidades de las personas en movilidad se dividen de acuerdo con las condiciones personales del migrante (perfil socioeconómico y estatus migratorio) y los activos disponibles (entendidos como el capital social, habilidades adaptativas o estrategias y apoyos externos que encuentra por la ruta). Esto significa que el grado de vulnerabilidad que cada migrante tiene depende de la suma de sus capacidades y posibilidades individuales y colectivas de acción, pero también del contexto al que se enfrenta.

A partir de la pandemia de covid–19, que ha afectado de manera global las relaciones de los países y sus fronteras, y que también ha generado un incremento en las desigualdades ya existentes, aunado a las nuevas tendencias de militarización y securitización entre Estados Unidos y México, nacidas en el gobierno de Trump y continuadas respectivamente por los gobiernos de Biden y de López Obrador, se han generado nuevas dinámicas de vulneración y la aparición de nuevos perfiles dentro de la Ruta Norte–Occidente de México, que nos llevan a retomar el concepto de capacidades y vulnerabilidades, y entender sus nuevas implicaciones.

En la actualidad, factores como la nacionalidad, el género, la edad, la experiencia previa del viaje, las redes de apoyo y la condición socioeconómica siguen teniendo un papel preponderante en la generación de capacidades y vulnerabilidades para las personas migrantes (tal y como lo evidencia la investigación señalada anteriormente); no obstante, a partir del análisis de las entrevistas realizadas en el marco del presente proyecto se ha detectado también que cuestiones como las creencias religiosas o espirituales, la presencia o ausencia de apoyo institucional —ya sea en la forma de albergues, organizaciones intergubernamentales u otro tipo de organismos—, así como las redes de apoyo que tienen las personas que realizan una migración desde su lugar de origen, tránsito y destino, marcan de nuevas maneras la vivencia de las personas en movilidad humana.

Por ello, analizaremos las capacidades que se generan en esos procesos, los cuales ponen en evidencia estos nuevos factores, con la finalidad de entender un poco más sobre cuáles son las actuales vivencias de todas las personas que transitan la región de estudio en el contexto actual de nuestro país.

Las voces: de los conceptos teóricos a las realidades vividas

El instrumento y el conjunto de preguntas diseñadas para las entrevistas con personas en movilidad humana se dividen en ocho secciones, con el objetivo de capturar la información básica de la persona y su trayecto. Para esto, se consolidó un apartado de datos sociodemográficos, perfil migratorio y trayectoria migratoria, así como un apartado donde se recaban los relatos sobre los problemas que ha vivido la persona durante su trayecto y qué ha hecho para enfrentarlos, además de otra sección en la que se les pregunta sobre sus activos sociales, es decir, sobre los recursos que tienen —o no— para hacer más fácil su trayecto, y otra sobre sus habilidades adaptativas, en la cual se busca identificar qué tanta planeación pasada y futura tiene la persona sobre su proyecto de vida, ligada a su plan migratorio.

Por medio de tres testimonios identificamos tres dimensiones que tienen un impacto aún muy presente en el proceso de movilidad de las personas, pero que han ido diversificándose y cambiando a partir de 2015 debido a factores como la pandemia y la securitización de las fronteras: 1) las redes familiares; 2) la espiritualidad, y 3) las capacidades materiales e institucionales con las que las personas en movilidad se topan o viven.

Estas capacidades se han diversificado debido al incremento de la popularidad de la ruta, la diversificación de nacionalidades que transitan por México y las nuevas maneras de migrar, que cada vez implican una menor circularidad, y un patrón mucho más femenino y familiar que antes, razón por la cual nos parece pertinente destacarlas.

Breve descripción de perfiles de personas encontradas —entrevistadas

En la base de datos de las entrevistas realizadas hasta el momento se ha detectado que, de las 158 personas entrevistadas, 61 son hondureños, 39 mexicanos, 24 guatemaltecos, 17 salvadoreños, 11 haitianos, 2 nicaragüenses, una persona de origen haitiano, una de origen cubano y una de origen jamaiquino.

Esto refleja el cambio en las tendencias que se han ido encontrando en los últimos años en la movilidad humana dentro del territorio mexicano: históricamente, personas del norte de Centroamérica han sido las principales nacionalidades existentes tanto en los casos registrados que realizan tránsito o que han sido detenidas o que solicitan la condición de refugiado en México, siendo encabezados por los hondureños desde 2018, como lo podemos observar tanto en el Boletín Estadístico Anual de Solicitantes de Refugio en México de la Unidad de Política Migratoria de la segob, 2013–2017, y en el Boletín Estadístico de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados de 2018 a mayo de 2022.

En las 158 entrevistas realizadas se muestran las nuevas características que se están viviendo dentro de la ruta; ahora hay cada vez un mayor registro de mexicanos que se desplazan internamente, muchas veces por razones económicas y de violencia generalizada, que empieza a mostrar el problema del desplazamiento forzado interno en el país. Del mismo modo, la presencia de nacionalidades “no tradicionales” dentro de la región de estudio, como la venezolana, la cubana, las caribeñas e incluso las africanas, demuestran que el aumento por la violencia en otras regiones de México y la securitización de fronteras tanto mexicanas como estadounidenses han propiciado la diversificación de las nacionalidades presentes en la Ruta Norte–Occidente de México, y, por ende, las redes familiares de apoyo que trastocan tanto la vivencia del origen, el tránsito y el destino de los migrantes.

Redes familiares

Las redes familiares se entienden como la relación que tiene, o no, la persona migrante con familiares u otras personas cercanas, mediante las cuales puede generar nuevas estrategias de resiliencia, a través de recursos intangibles como el aliento, la guía durante el trayecto o la promesa de un nuevo hogar al cual llegar, o, en su defecto, al cual volver, y también a través de la facilitación de recursos materiales como teléfonos celulares, dinero, alimento, hospedaje o ropa que hagan de su trayecto uno más sencillo y llevadero.

Por medio de las entrevistas se ha podido detectar que las redes familiares extendidas desempeñan un papel clave y definitorio de las capacidades que tienen las personas en movilidad, incluso a la distancia. A continuación, presentamos el ejemplo de Mariana R. (2021),1 un caso importante que muestra ese punto.

Mariana R.: Caso de estrategia desde redes familiares

Mariana R. es una mujer mexicana de 39 años originaria del municipio de Churumuco, Michoacán. Solía trabajar en el Consejo Nacional de Fomento Educativo impartiendo talleres de salud y desempeñando trabajos de asistencia en una clínica. Mariana, al ser una mujer trabajadora, dice que la razón por la cual su esposo y sus dos hijos tuvieron que abandonar su hogar se debió a una cuestión de seguridad.

Las circunstancias del crimen organizado nos obligaron a salir, nos corrieron de la casa, y ahora estamos buscando dónde solicitar asilo. Nos corrieron y amenazaron con matarnos. Nos dieron una hora para salir. Nos dicen: “O trabajas para mí o te sales”. La mayoría de las personas no pueden salir.

Por ello, Mariana y su familia se encuentran en tránsito hacia Washington, con la intención de solicitar refugio al gobierno estadounidense, así como para reunirse con uno de sus hijos que se encuentra viviendo allá.

Durante su proceso de movilidad, dice que el apoyo que ha recibido por parte de su hijo que se encuentra en aquel país ha sido uno de los pilares por los cuales se han mantenido en pie. Señala que entre sus estrategias de supervivencia ante las adversidades para salir adelante está el deseo de querer ver a su familia bien, querer darles algo mejor. “Mi preocupación por lo que vamos a dejar en el mundo a nuestros hijos”.

Asimismo, desde las redes familiares se posibilita el acceso a determinados recursos, que, de otra manera, pueden representar limitaciones para las personas migrantes en determinados contextos. Por ejemplo, Mariana dice que desde Estados Unidos su hijo le manda dinero para solventar gastos y cubrir las necesidades que van surgiendo en el camino. En este escenario, narra que gracias al apoyo económico que recibió por parte de su hijo, durante su tránsito hacia Tijuana pudo hacerse una cirugía dental causada por estrés, lo que le facilita aún más el goce y el acceso a derechos y servicios básicos, como la salud.

En ese sentido, a partir de la experiencia de Mariana y su familia podemos destacar la importancia que tienen las redes familiares como medios de adaptación a los contextos que viven, así como un recurso destinado a disminuir los riesgos asociados a su situación de vulnerabilidad en su proceso de tránsito.

Religiosidad/espiritualidad

Frecuentemente las personas en situación de movilidad humana afrontan situaciones de adversidad que repercuten en varios ámbitos de su vida: la separación de sus familiares en su país de origen, los riesgos que experimentan durante su proceso de tránsito, la exclusión social, las malas condiciones de vida, así como las desigualdades de derechos y discriminación social, lo que supone para los migrantes altos niveles de estrés y de repercusión sobre su salud mental y su estado de ánimo.

En ese sentido, la resiliencia, entendida como “un proceso dinámico, constructivo, de origen interactivo, sociocultural que conduce a la optimización de los recursos humanos y permite sobreponerse a las situaciones adversas” (Rascón, 2017), resulta ser una capacidad que se ve fortalecida a través de las prácticas religiosas que realizan las personas migrantes, como se expone en el siguiente caso.

Ricardo L.: Caso de estrategia desde la religiosidad/espiritualidad

Ricardo L. (2021) es un hombre salvadoreño de 30 años proveniente del municipio de Yoloaiquin, El Salvador. Solía trabajar en una empresa de telefonía de comunicaciones, pero a la muerte de su hermano su familia optó por migrar a Estados Unidos, donde se encuentran actualmente. Ricardo decidió emprender un viaje de migración en 2022 para reunirse con ellos, así como para buscar mejores condiciones de vida.

Dice que durante su proceso de movilidad por la república se ha sentido acompañado por Dios, ya que lo ha protegido de situaciones peligrosas. Cuenta que una vez iba a abordar un tren pero que, al pensarlo, decidió mejor no hacerlo, y que a los pocos minutos el tren fue perseguido por las autoridades. En otra ocasión un guardia lo detuvo, pero al poco tiempo lo dejó ir. Considera que Dios lo ha ayudado a seguir con su viaje, pues “tiene personas que oran por él, ya que Dios pone a las personas adecuadas en su camino”, y como él reconoce, su fe en Dios es su principal motor, pues confía en que lo protege

De igual manera, comparte que durante su proceso de movilidad ha realizado prácticas religiosas como ir a la iglesia y orar todos los días, lo que hace que sienta que Dios lo acompaña durante su viaje. En ese sentido, su proceso de resiliencia se puede ver fortalecido por las prácticas religiosas que realiza frente a estos nuevos escenarios que enfrenta, con la finalidad de adaptarse a ellos.

Asimismo, desde su experiencia religiosa resignifica las estrategias para afrontar las adversidades. Hace mención de estar despierto en todo momento, ir pendiente de todo a su alrededor, pero que también “no hay espacio a algún temor en él”, ya que confiar en Dios le da aliento: “Le digo, Dios dame fe, paz, que todo sea tu voluntad”. Así, Ricardo siente que Dios lo ha librado de tomar ciertas rutas y de pasar por lugares que podían ser peligrosos.

Contacto con instituciones y organizaciones

Como establece el mismo gobierno mexicano, “la labor de las instituciones es proveer servicios y brindar atención a las poblaciones en contextos de movilidad. Es esencial, por ejemplo, el trabajo que esta administración hace para el fortalecimiento de capacidades en materia de salud, educación, trabajo, registro civil, seguridad social y cultura, entre otras” (Gobierno de México, s.f.).

Entre las principales instancias políticas e institucionales del país que atienden, ya sea de manera transversal o directa, a personas en movilidad están el Instituto Nacional de Migración, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (sipinna), las procuradurías del Sistema Nacional, Estatal y Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (dif), Procuradurías Nacional, Estatales y Municipales de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, y la Unidad de Política Migratoria, Registro e Identidad de Personas (Gobierno de México, s.f.).

No obstante, debido al papel que desempeña nuestro país como país de origen, destino, tránsito y retorno de personas migrantes, existen otras instituciones que cumplen un papel definitorio en la experiencia migratoria de aquellos que transitan por México, como algunas organizaciones internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (acnur) y la Organización Internacional para Migraciones (oim), o los diversos albergues surgidos de diferentes iniciativas religiosas, académicas o de la sociedad civil organizada, que fungen como una infraestructura de atención y cuidado, y que marca de manera clara la vivencia de las personas migrantes, como podemos ver en el siguiente caso.

Lalo N.: caso en contacto con instituciones y organizaciones

Lalo N. (2022) es un hombre guatemalteco de 34 años proveniente del municipio de Zacapa, Guatemala. Cuenta que las razones por las cuales inició su proceso de migración fueron principalmente los bajos ingresos y mucha violencia en su entorno por parte del crimen organizado. En varias ocasiones lo amenazaron de muerte y lo extorsionaron por rehusarse a formar parte de las filas de un grupo criminal.

Migró por primera vez en 2020 hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades para él y su hija de nueve años, quien actualmente se encuentra en Guatemala con su abuela. En su trayecto por Tabasco las autoridades lo deportaron. En 2021 realizó su segundo viaje de migración hacia Estados Unidos. En su tránsito por México sufrió un accidente de tren en el poblado de Arriaga, en el que resultó gravemente herido. Al gritar por ayuda una señora se acercó a auxiliarlo y contactó al Grupo Beta,2 quienes lo trasladaron en ambulancia a un hospital de Tapachula.

Al poco tiempo Lalo se encontraba en las calles pidiendo dinero para sus medicamentos, y fue entonces cuando la acnur, la comar3 y el inm4 lo ayudaron con su estatus migratorio en el apoyo del trámite de papeles para solicitar la permanencia en México. Asimismo, la Cruz Roja intervino para canalizarlo con el albergue abba (donde reside al momento de la entrevista) en el municipio de Celaya, Guanajuato, quien también intervino para que obtuviera su estatuto de permanencia, además de realizar un convenio con el Instituto Guanajuatense para las Personas con Discapacidad (ingudis) para obtener una prótesis.

Así, podemos observar que la mezcla de atención entre organismos internacionales e iniciativas locales genera, en el mejor de los casos, una atención que se complementa y genera capacidades materiales en aquellos migrantes que pueden acceder a esas atenciones e instituciones. De esa manera, las personas en movilidad obtienen recursos que les permiten atender los riesgos y vulneraciones que viven en el camino, o, en su defecto, recuperarse de ellas.

Conclusiones

El objetivo principal de este artículo consiste en evidenciar las vivencias de las personas en movilidad, independientemente de su estatus migratorio o tipo de movilidad humana, como un reflejo de las coyunturas actuales, pero también desde las capacidades, los sueños, las aspiraciones y los miedos que acompañan a cada proceso migratorio. En ese sentido, ahondar en los procesos de configuración de sus capacidades y redes nos ofrece una aproximación a las vivencias de las personas migrantes para empatizar y visibilizar sus demandas y necesidades.

Para ello, se analizaron diversos testimonios, en los que se buscó dejar en evidencia las capacidades surgidas de contar, o no, con factores como las creencias religiosas o espirituales, la presencia o ausencia de apoyo institucional, así como de redes familiares y de amistades en el lugar de origen, durante el tránsito y en el lugar de destino, considerados en el instrumento de entrevista utilizado en la investigación “Movilidad humana por la Ruta Centro–Norte del Occidente de México: Vulnerabilidades, alternativas y políticas públicas”, como factores que crean recursos de resiliencia.

Así, al analizar los casos de Mariana, Lalo y Ricardo se puede comprender la complejidad y transversalidad de la vivencia migratoria, en la que el tránsito personal e individual se ve trastocado por cuestiones estructurales, pero también fortalecido por cuestiones como las creencias religiosas, el apoyo de instituciones y las redes de apoyo extendidas, que generan en sus variados y únicos tránsitos recursos de resiliencia en común.

Así, este ejercicio de relatoría busca, en última instancia, reconocer que, en la mayoría de los casos, las personas en tránsito por nuestro país se encuentran frente a interminables dinámicas de riesgos, apoyos, vigilancias, bloqueos, transportes y accesibilidad que determinan sus posibilidades y su capacidad de superación y adaptación, pero también de resiliencia y superación.

Bibliografía

Instituto Nacional de Migración. (2022). Grupos Beta de Protección a Migrantes. Gobierno de México. Recuperado de: https://www.gob.mx/inm/acciones-y-programas/grupos-beta-de-proteccion-a-migrantes

González Arias, Adriana, & Aikin Araluce, Olga. (2015). Migración de tránsito por la ruta del occidente de México: actores, riesgos y perfiles de vulnerabilidad. Migración y desarrollo, 13(24), 81–115. Recuperado en 25 de octubre de 2022, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-75992015000100003&lng=es&tlng=es.

Gobierno de México. (s.f.). Visión Ejecutiva de la política migratoria: Principales componentes. Recuperado de Gobierno de México: http://portales.segob.gob.mx/es/PoliticaMigratoria/2_Vision_ejecutiva_de_la_politica__migratoria__PRINCIPALES_COMPONENTES/179#:~:text=La%20labor%20de%20las%20instituciones,social%20y%20cultura%2C%20entre%20otras.

Rascón Gómez, María. (2017). La importancia de las redes de apoyo en el proceso resiliente del colectivo inmigrante. Dedica. Revista de Educação e Humanidades, (11), 61–82. Recuperado de: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5906268&orden=0&info=link

Entrevistas personales

L, Ricardo. (4 de julio de 2022). Persona en situación de movilidad humana. Guanajuato, Celaya.

R, Mariana. (11 de noviembre de 2021). Persona solicitante de la condición de refugiada en Estados Unidos. Tijuana, B.C.

N, Lalo. (1 de marzo de 2021). Persona refugiada en México. Guanajuato, Celaya.


1 Éste y todos los otros nombres utilizados son ficticios con el fin de proteger la identidad de las personas.

2 Grupos conformados por servidores públicos de los tres niveles de gobierno de México cuyo objetivo es proteger a migrantes, proporcionando ayuda humanitaria, primeros auxilios, asistencia migratoria, orientación e información a los migrantes sobre sus derechos. Para el cumplimiento de su objetivo, estos grupos se ubican en zonas del territorio nacional donde estratégicamente puedan desarrollar sus funciones (Instituto Nacional de Migración, 2022).

3 Siglas para la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.

4 Siglas para el Instituto Nacional de Migración.